Hay crédito…para algunos!!

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En nuestros anteriores artículos, venimos diciendo que el crédito a las pymes está cayendo  en España.

Esto es cierto  a nivel agregado (total España), y lo seguirá siendo durante bastante tiempo.

Sin embargo, sigue siendo cierto, que determinadas empresas no están teniendo problemas a la hora de hablar y mantener relaciones financieras con sus bancos de toda la vida.

¿Qué está pasando?

¿Por qué algunas mantienen las buenas relaciones y otras perciben un cierto alejamiento, e incluso dificultades para mantener unas relaciones fluidas con su banco, como han venido haciendo hasta hace relativamente poco tiempo?

Vamos a intentar desvelar las claves de este desapego:

a)      Determinados sectores económicos están declarados como de muy alto riesgo: Construcción e Inmobiliario. Esto significa que tanto las empresas de este sector como sus proveedores van a recibir una puntuación muy negativa a la hora de ser evaluadas por los Departamentos Centrales de Riesgo.

b)      El “Gran Hermano” de las Entidades Financieras es cada vez más potente:

      1. La historia de las relaciones de la empresa solicitante con su entidad financiera están perfectamente almacenados (con información histórica y actualizada de bastantes años atrás).
      2. Los datos económicos de la empresa (Balance, Cuenta de Resultados, etc…) son analizados por la “máquina central” (el Gran Hermano), que a su vez acude a otras bases de datos (Banco de España, Registro Mercantil, ASNEF, etc…) para contrastar la información suministrada por la empresa en cuestión de segundos. En caso de detectar anomalías o discrepancias, las alarmas se encienden y la penalización es automática.
      3. Los sistemas de asignación automática de rating (calificación crediticia de las empresas) se han sofisticado enormemente, penalizando determinados ratios históricos de impagados, descubiertos, y otras “anomalías”.
      4. Si la empresa pretende iniciar su relación como nuevo cliente, al no tener historia de relaciones bancarias, la penalización es aún mayor.

c)      Las refinanciaciones están penalizadas por la nueva normativa del Banco de España, al obligar a la banca a provisionar especialmente este tipo de operaciones.

d)      La banca también está obligada a analizar periódicamente las operaciones en vigor y provisionar aquellas que…simplemente generen sospechas (aunque sean subjetivas), de que la situación se ha deteriorado ya o se va a deteriorar en un próximo futuro, afectando a la capacidad de devolución de los créditos en vigor de la empresa en cuestión.

e)      Como consecuencia de todo lo anterior, los precios de estas operaciones con  pymes, deberán ser muy elevados para compensar las primas de riesgo que le asigna el “Gran Hermano”.

En definitiva: “lo tenemos muy crudo…” como diría un castizo, si queremos que una Entidad Financiera nos renueve una operación, o si pretendemos que nos amplíe las facilidades actuales simplemente por “nuestra cara bonita”, como sucedía hasta hace relativamente poco tiempo.

Vamos a tener que pasar un examen del “Gran Hermano” (la máquina central) y de un Tribunal de Oposición más riguroso que el de los Notarios, por decir alguno conocido.

Sin embargo, si cumplimos todos los requisitos, seremos los mimados del barrio, porque la Banca sólo puede vivir si tiene clientes y hace operaciones con ellos.

Por ello, si queremos iniciar, mantener o ampliar nuestras relaciones bancarias tendremos que tener en cuenta los siguientes puntos clave:

–        No trabajamos con determinados sectores catalogados como “no aptos” de ninguna de las maneras. Y si habíamos llegado a trabajar con ellos, ahora lo hemos abandonado por la caída de ese sector.

–        Si nos estamos internacionalizando tendremos muchos puntos ganados.

–        Revisar nuestra relación anterior con el Banco, y demostrar nuestra pulcritud a la hora de atender todas las obligaciones de pago. En caso de tener faltas históricas explicarlas con todo lujo de detalles. No pretender ocultar un hecho que el Banco conoce perfectamente.

–        Suministrar datos económicos de la empresa contrastables y coherentes (con datos de la Seguridad Social, del Impuesto de Sociedades, de Asnef, etc…).

–        Estos datos deben reflejar una situación saneada desde el punto de vista financiero, es decir, con capacidad de devolución de las deudas financieras contraídas con las entidades financieras actuales y las nuevas que se soliciten.

–        Tener muy claro el destino de los fondos solicitados: circulante, Inversión, Sector Exterior…

–        En caso de pretender financiación para circulante (descuento comercial, etc…) tener muy claro también el rating de nuestros principales clientes (el Banco lo va a conocer como el nuestro).

–        Por último: La gran asignatura es “las garantías de la operación”. Es decir, en caso de no poder atender esa operación solicitada con la actividad normal de la empresa, cómo garantizamos al Banco que va a seguir cobrando el préstamo concedido.

Parece todo de sentido común: el Banco tiene una enorme capacidad de obtener y contrastar datos y cruzarlos con enorme eficacia, y la dedica a lo más importante para la Entidad financiera

  “Tener suficientemente garantizada la devolución de la cantidad prestada”

Esta frase que nos parece obvia cuando nosotros prestamos a nuestros clientes, nos parece excesiva e injusta cuando estamos solicitando nosotros financiación a un tercero: “¡cómo no se fían de mí, que tengo la sana intención de cumplir…!”.

Pues la postura del Banco es sencilla: “…porque a veces surgen accidentes en el camino, el negocio se derrumba, y en este caso, el banco tiene que luchar por sobrevivir  y recuperar las cantidades prestadas…”, exactamente igual que haríamos nosotros si nos dedicáramos como actividad principal a prestar dinero a terceros.

Y esta es la clave para entender a los Bancos:

“…ellos tienen que tener garantías suficientes de que les vamos a devolver el préstamo solicitado. El Banco no es un accionista de nuestra empresa, sino simplemente nos presta dinero y pretende recuperarlo siempre y a tiempo”.

Y, por supuesto, los bancos que se han olvidado de esta premisa tan esencial…han desaparecido en el camino (… y la lista es muy larga…)

Si queremos ganar un partido de fútbol lo primero es estudiar al contrario, y si no lo hacemos así tenemos pocas posibilidades de ganar.

Además, si no lo tenemos claro con ese contrario, siempre podemos buscar otro contrincante que pueda ser más asequible a nuestras características “deportivas”, pues aparte de los bancos/cajas tenemos otros jugadores interesantes: Capital Riesgo, Préstamos participativos, Entidades “casi públicas” que ofrecen líneas especiales de financiación, etc… ¿por qué olvidarlos?

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Reestructurando para competir

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“No me salen los números”

 

Esta es la fatídica frase que teme cualquier empresario y que fue el inicio de la conversación informal de un empresario con el profesor de una prestigiosa Escuela de Negocio al que acudió en busca de asesoramiento.

 

“Cuanto más fabricas más pierdes”

 

Fue la contestación del profesor al empresario después de analizar su empresa.

Evidentemente consiguió el efecto que perseguía: el empresario se concienció en un microsegundo, de que algo estaba haciendo rematadamente mal y que si no se “ponía las pilas” su empresa tenía un futuro más que dudoso, o mejor dicho: iba a desaparecer.

Ante una situación similar, muchos empresarios se quedan en el camino incapaces de afrontar la situación pero otros muchos optan por la “pelea”, porque…

 

“Resistir es vencer”

 

Pero, ¿cómo afrontar esta situación? ¿Cómo abordar un proceso de cambio tan profundo en nuestra empresa?

A nuestro entender, el primer paso que debe dar el empresario es

 

Centrarse en lo que sabe hacer

 

A menudo, la empresa inicia su actividad desarrollando un modelo de negocio muy exitoso que se va desvirtuando simplemente porque se van incorporando a lo largo del tiempo nuevos productos, servicios, canales de distribución que no resultan ser tan exitosos como el inicial.

El empresario deberá “redescubrir” lo que sabe hacer bien y con lo que se siente fuerte y cómodo al hacerlo, y estar concienciado para “soltar lastre” de todo lo demás.

 

A continuación deberá

Establecer una hoja de ruta

Si quiero centrarme en lo que sé hacer y dejar de hacer el resto , esto no se resuelve de la noche a la mañana, pues se van a ver afectados algunos clientes, proveedores, empleados, activos materiales de la empresa… y , si queremos separar el polvo de la paja habrá que hacerlo con un cuidado exquisito.

Habrá que elaborar una Hoja de Ruta que contemple: Objetivos, hitos, Programas, calendario, responsables y seguimiento.

Con el Plan de Acción elaborado ya podemos pasar a su

 

Desarrollo e Implantación

 

Esta es la fase crítica de cualquier proceso de cambio: la puesta en marcha del plan previamente concebido.

Puede ser conveniente o necesaria la configuración de un equipo de profesionales interno o externo, dedicado “full time” a gestionar los elementos claves del Plan.

Si la reestructuración es de gran envergadura y/o  requiere de un plazo corto de ejecución, el equipo dedicado en exclusiva puede llegar a ser absolutamente necesario.

 

Durante el proceso de implantación deberemos tener especial cuidado en:

 

- La Gestión de los Recursos críticos (humanos y activos materiales)

- La Gestión de la Tesorería de la empresa

 

Por un lado, los Recursos considerados críticos se deben “proteger” con esmero durante el periodo convulso de Implantación del Plan de Acción, y por otro lado, no nos podemos olvidar de que tenemos que seguir pagando las nóminas, la Seguridad Social, Hacienda, los proveedores, los bancos…

Por ello, en la Hoja de Ruta habrá que tener previsto cómo va a evolucionar nuestra tesorería durante la reconversión, y contemplar la gestión de nuevas fuentes de financiación, si son necesarias.

Y por último, es absolutamente necesario mantener una adecuada

 

Política de Comunicación

 

…tanto interna como externa.

 

Si el equipo de personas que conforma la empresa no sabe hacia dónde vamos, será muy difícil que sepan distinguir entre el polvo y la paja, y podemos perder en el camino los mejores clientes, proveedores, colaboradores…y en definitiva  dejar la empresa peor que estaba.

 

Si no explicamos adecuadamente lo que pretendemos hacer a nuestros mejores clientes, proveedores, bancos…podemos crear una sensación de caos que les lleve a alejarse de nosotros preventivamente y eso ya sabemos a lo que conduce.

En definitiva, estamos hablando de un proceso de

Reestructuración de la Empresa

 

cuya envergadura y complejidad no se puede prever a priori, pero muy probablemente requerirá  la colaboración de algún experto ajeno a la empresa , curtido en cien batallas, que sea capaz de elaborar un correcto diagnóstico, y de ayudar al empresario en la gestión del ambicioso proceso de cambio de su empresa.

Hoy en día, cuando alguien tiene fiebre elevada, todo el mundo asume que lo más adecuado es acudir rápidamente a un médico y no automedicarse (salvo algún sencillo y eficaz anti térmico  que rebaje la fiebre unas décimas de forma inmediata pero no permanente).

El medico distinguirá si se trata de un simple resfriado o de una neumonía en fase aguda, y prescribirá los pasos a seguir para su completa curación.

Esto es lo que  hizo el empresario citado al inicio del artículo, y el profesor/ medico detectó que no se trataba de un simple resfriado, sino de algo mucho más serio.

No contaremos el resto de la historia, pero el lector puede escribirla si conoce una situación parecida.

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Hoy no me puedo financiar (2ª parte y conclusión)

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“Hoy no me puedo financiar…y mañana tampoco…!!!”

Y…qué hacer?

En primer lugar tendremos que renovar todas las facilidades crediticias que venzan en los próximos meses. Nada de cancelar.
Hoy día, tener un préstamo en vigor debe considerarse un lujo, que no podemos dilapidar.
Renovarlo debe ser un objetivo prioritario para la empresa.
Evidentemente, estamos hablando de renegociar los compromisos de pago futuros, no de incumplirlos, y este matiz es muy importante, pues el incumplimiento desordenado es la antesala del Concurso de Acreedores y esta es la situación que no desea nadie.
Siempre podremos cancelar anticipadamente ese préstamo si la situación mejora en el futuro, pero de momento mejor ser prudentes.
Este primer paso, de obligado cumplimiento, no es en absoluto nada fácil, pero siempre será más fácil hablar y negociar con el Banco que nos conoce, que solicitar financiación a otras entidades que no conocen nuestra trayectoria.
Y, por supuesto, renovar alargando lo máximo posible el nuevo plazo de vencimiento.

En segundo lugar habrá que sondear las posibilidades que existan en el mercado en cuanto a nuevos productos financieros, nuevas entidades, nuevos inversores,….
La empresa va a necesitar siempre nueva financiación para mantener su actividad y para crecer, y en los tiempos que corren, cuando se han modificado tan radicalmente las reglas del juego en los criterios de concesión de nuevos créditos, es urgente conocer profundamente las nuevas reglas y adaptar nuestra forma de jugarlo.
Hablaríamos de Entidades de Capital Riesgo, SGR, Inversores privados, leasing, renting, líneas de financiación especiales tanto públicas como privadas…
Quizás nos sorprenderemos al comprobar que la financiación es posible si nos adaptamos a jugar con las nuevas reglas…aunque impliquen jugar con un balón algo diferente.

Por último, será necesario mirar al propio balance y gestionarlo con otra perspectiva:

– Si los clientes nos están alargando los plazos de cobro, nosotros podremos hacer lo mismo con nuestros proveedores/acreedores (incluso Hacienda, Seguridad Social, Ayuntamientos…).
– Los bancos han endurecido los criterios de concesión de créditos porque la morosidad les está creciendo de manera alarmante: parece lógico que nosotros hagamos algo parecido con nuestros clientes, no vaya a ser que acabemos vendiendo mucho pero cobrando poco.
– Habrá que revisar si tenemos un almacén de productos demasiado voluminoso. El ideal técnico es no tener productos en almacén, para no tener que financiarlos, pero quizás deberemos gestionarlo pro-activamente para mantener sólo un mínimo operativo, o que lo tengan nuestros proveedores.
– Lo anterior nos va a llevar a analizar el ciclo productivo con una perspectiva más financiera: reducir plazos de fabricación, ampliar la financiación del ciclo por los proveedores y reducción total de inventarios o fabricar directamente sobre pedido.
– ¿Cómo tenemos nuestras cuentas operativas en la banca? Gestionamos bien nuestra propia tesorería? Tenemos cuentas “dormidas” desde hace tiempo en algún banco? Sacamos el máximo provecho al flujo natural de cobros y pagos de nuestra empresa?
– Y para acabar: ¿Podemos desinvertir? ¿Tenemos activos: valores, elementos de transporte, maquinaria, inmuebles vendibles sin afectar a nuestra capacidad operativa?

Así pues, los tres pilares de nuestra actuación serán:

– renovar prestamos ampliando plazos
– sondear y formalizar nuevos productos/ inversores para nueva financiación
– gestión del propio balance.

Algún lector pensará que todo esto es más de lo mismo, pero creemos que en los momentos actuales habrá que añadir los siguientes “ingredientes” básicos:

- No se trata sólo de aplicar un tratamiento de shock, puntual y agresivo, sino de convertirlo en una forma de gestionar las finanzas en el día a día de la empresa, de manera continuada y persistente… por mucho tiempo todavía.
– El objetivo último de este modelo de gestión financiera deberá ser dotar a la empresa de la suficiente capacidad financiera como para resistir sin problemas un posible nuevo corte drástico de la financiación externa durante un periodo de tiempo de al menos 3 o 6 meses.

No es nada fácil, desde luego, pero… ¿quién ha dicho que sea cómoda la situación económica actual?

 

Si queremos ser de los primeros en beneficiarnos del final de la crisis, tendremos que tener el velero bien preparado y ser capaces de izar rápidamente las velas para aprovechar el viento a favor de la próxima recuperación.

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Hoy no me puedo financiar (1ª parte)

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Se acaba de publicar la información del Banco de España sobre FINANCIACIÓN A LAS SOCIEDADES NO FINANCIERAS, RESIDENTES EN ESPAÑA, con datos al cierre de agosto.
Tasas de variación interanual

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Fuente: BdE

Los datos son contundentes:

- En los últimos 5 años de crisis, se está produciendo una caída sustancial, consistente y continuada del importe de financiación concedida a las sociedades no financieras residentes en España.

Las interpretaciones “periodísticas” podrían ser variadas y “curiosas” (en función de la línea editorial de quien las emite):

- Las empresas españolas han conseguido reducir drásticamente sus niveles de endeudamiento financiero.
– El fuerte desapalancamiento financiero de las empresas está siendo uno de los grandes logros de la economía española.
– La caída de la actividad lleva a la desaparición de empresas y a la reducción de la demanda de financiación agregada del colectivo.
– La banca destaca la caída de la demanda de crédito solvente por parte de las empresas
– La banca eleva su nivel de exigencia para la concesión de nuevos créditos y la renovación de los actuales, debido al creciente nivel de morosidad registrado.
– La reciente reestructuración del Sistema Financiero español, ha tenido un fuerte impacto en el nivel de financiación concedida a las empresas.
– El BCE se muestra favorable a que la Banca Española endurezca los criterios de concesión de créditos.

Cada uno de los anteriores comentarios/titulares periodísticos se pueden argumentar con cierta “solidez”, pero desde el punto de vista de las pymes, la opinión puede ser algo diferente:

- Yo voy bien y no tengo problemas con mi banco
– Me han caído tanto las ventas que no tengo papel para descontar en el banco.
– Hace tiempo que decidimos no invertir en nuevos proyectos y esperar a ver qué pasa, cancelando todos los prestamos actuales a medida que vayan venciendo
– No entiendo qué está pasando pero la banca está cada vez más “rarita” y más exigente.
– El director del banco no se quiere ni poner al teléfono
– Estamos en crisis y solo pensamos en resistir como sea, hasta que tengamos viento a favor

Podemos agrupar todos los comentarios de los “periodistas” y tendríamos una visión más certera de la realidad agregada, y en cambio no podemos agregar las opiniones de las pymes porque cada una “es un mundo”.

En cualquier caso, somos de la opinión de adoptar la máxima prudencia a la hora de pronosticar la postura de la banca en el próximo futuro:

- Creemos que la banca va a seguir aplicando durante bastante tiempo altos niveles de exigencia a la hora de analizar y conceder créditos a las pymes, digan lo que digan sus campañas publicitarias

Basamos nuestro pronóstico en los siguientes puntos (entre otros):

- La banca española ha sufrido una de las crisis más importantes de los últimos tiempos, en intensidad y extensión, con un fuerte impacto en la configuración de la oferta (gran concentración y menos competidores) y en el nivel interno de exigencia a la hora de conceder créditos.
– Se han endurecido, por normativa oficial bancaria, los criterios de cálculo de las necesidades de capital propio de la Banca, lo cual penaliza aún más la concesión de créditos de alto riesgo (pymes especialmente).
– Europa pone en marcha el próximo enero 2014 la supervisión bancaria a nivel europeo, lo cual implicará, al menos no retroceder en los niveles actuales de exigencia en la concesión de créditos de la Banca Española.
– El BCE, que es el único organismo que puede inundar el mercado de liquidez y empujar a la Banca a conceder más créditos, no parece estar por la labor, y sobre todo después de ver que con pequeños retoques consiguió salvar la situación el año pasado, y que ahora nos encontramos a nivel macro europeo con una situación mucho más estabilizada.
– La Banca Española está obteniendo actualmente importantes beneficios al financiar la imparable expansión de la Deuda Pública, y en los próximos años la Banca va a seguir prefiriendo invertir con la garantía del Estado,( sin apenas costes de administración), que en la pymes con alto nivel de riesgo y mayores costes operativos.

En definitiva: va a seguir la sequía del crédito para la pyme…y por bastante tiempo…

“Hoy no me puedo financiar…y mañana tampoco…!!!”

Y…qué hacer?

(Continuará)

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Tres claves para aprovechar la próxima recuperación económica (2ª parte – conclusión)

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En nuestro artículo anterior, hablábamos de la crisis actual, que ya va para seis años, que está siendo una de las más graves, profundas y duraderas de los últimos 50 años en España, y que está generando profundos cambios en el entorno empresarial, de los que destacábamos por su relevancia para las pymes, los siguientes:

El Mercado español se ha “encogido” (caída de ventas)

Las Entidades Financieras han “endurecido” la concesión de facilidades crediticias

Los clientes y los proveedores se han visto arrastrados por la situación y adaptan sus actuaciones y actitudes

Y nos planteamos la siguiente pregunta: 

¿Qué hacer?

Obviamente, algunas empresas han tenido que echar el cierre ante un panorama tan gris.

Pero para las que permanecen abiertas, sería bueno recordar lo que dice el refranero popular: “no hay daño que cien años dure”, es decir: de esta se sale… seguro… como siempre.

Los últimos datos macro-económicos están apuntando en la dirección de una lenta, frágil  y larga recuperación.

Parece que a nivel macro se está tocando fondo, y si esto ocurre a nivel macro es evidente que “algún día” llegará a nuestro “territorio/mercado”.

Mientras llega la recuperación a “nuestro” propio de mercado, la pyme tiene que tomar las drásticas medidas que le permitan superar los dramáticos momentos actuales y quedar preparada y fortalecida para aprovechar  al máximo la recuperación  cuando llegue, que llegará.

El primer problema a resolver será cómo “recuperar/mantener” las ventas, y esto sólo se puede hacer entrando en nuevos mercados y/o  luchando “a brazo partido” por mantener o incrementar cuota en nuestro propio mercado.

A su vez, esto último implica replantear nuestra estrategia comercial: clientes, productos, canales de distribución, comunicación, promoción, precios, etc…de modo que podamos competir y aguantar hasta que vuelva la tan esperada recuperación.

Pero, en cualquier caso, tanto si queremos entrar en nuevos mercados como competir en los actuales, habrá que abordar una profunda reducción de costes de todo tipo.

Así pues, la actuación drástica sobre todas las líneas de gasto de la empresa se convierte en una cuestión de supervivencia, y en este sentido, tanto la última Reforma Laboral como la actitud de los sindicatos, está siendo la prueba de la toma de conciencia de la nueva situación a todos los niveles.

Sin embargo. en los momentos actuales no es suficiente con aplicar una cirugía puntual, sino que ahora se trata de implantar una “nueva cultura del gasto” en la empresa, es decir, poner en marcha nuevos planteamientos en los procesos productivos/operativos y en las relaciones laborales asociadas, nuevos procedimientos en la gestión diaria del gasto,  y por supuesto una correcta comunicación a toda la plantilla de los nuevos parámetros de actuación en todas las líneas de gasto de la misma.

Por último, un punto esencial en el programa de adaptación, es considerar que “no volverá la alegría del crédito” en mucho tiempo.

Las Entidades Financieras van a mantener durante bastante tiempo los actuales niveles de exigencia a la hora de conceder un crédito nuevo y renovar los actuales.

Ellas también han sufrido con especial virulencia las consecuencias de la crisis.

Y cuanto antes tomemos conciencia de esta nueva realidad, antes tomaremos las medidas necesarias para afrontarla y que consisten básicamente en tres tipos de actuaciones:

Asegurar la renovación de las fuentes de financiación actuales, alargando, en lo posible, los plazos de devolución de las mismas.

Sondear las posibles nuevas fuentes de financiación tanto de las Entidades Financieras que actualmente nos atienden como de cualquier otro tipo de Agente financiero que opere en el Mercado.

Incrementar por todos los medios la autofinanciación de la empresa y fortalecer la gestión integral de su propia tesorería. Al igual que hablábamos de la “nueva cultura del gasto”, ahora se trata de implantar la “nueva cultura de la liquidez” en la empresa, tanto en  la operativa bancaria diaria como en la gestión de la relaciones con los clientes y proveedores.

Si actuamos de forma contundente en los tres frentes: 

- El comercial

- La reducción y “nueva cultura del gasto”

- La estabilidad financiera y la “nueva cultura de la liquidez”

Tendremos una empresa con enorme fortaleza para superar los problemas actuales y preparada para aprovechar la próxima recuperación por mucho tiempo.

Esta es nuestra visión:

La adaptación continua a la nueva situación del mercado debe estar insertado “a fuego” en el ADN de las empresas, y como los cambios actuales son tan radicales, profundos y prolongados en el tiempo, la respuesta de la empresa ha de ser necesariamente muy contundente, incorporando cambios sustanciales tanto en la gestión de sus costes, como en el enfoque de su gestión financiera, de modo que estos dos ámbitos diferenciados de gestión, se consoliden como el soporte estratégico de una política comercial más ágil, vigorosa, flexible y continuamente adaptada a las  nuevas necesidades del mercado.

Es lo que va a garantizar el éxito consistente  de la empresa en el próximo escenario de recuperación.

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Tres claves para aprovechar la próxima recuperación económica (1ª parte)

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La crisis actual, que ya va para seis años y que está siendo una de las más graves, profundas y duraderas de los últimos 50 años en España, está generando profundos cambios en el entorno empresarial, de los que podríamos destacar por su relevancia para las PYMEs, los siguientes:

El Mercado español se ha “encogido” (caída de ventas):

Esta es la primera realidad a la que se enfrentan la mayoría de las empresas.

Al desinflarse la burbuja inmobiliaria, cayeron, en primer lugar, los pedidos de los productos asociados a la construcción de viviendas (no olvidemos que se construían más de  700.000 viviendas anuales y hemos pasado a menos de 100.000 anuales).

Se inicia la maratón del paro, y con ello la caída de la demanda de consumo generada por las familias que caen en el desempleo.

El proceso se retroalimenta a medida que va creciendo el paro y que las Administraciones Publicas entran en el carrusel de menores gasto/inversión  y menor empleo.

Las pymes saben muy bien de lo que hablamos.

Las Entidades Financieras han “endurecido” la concesión de facilidades crediticias

A medida que van quebrando las empresas del boom inmobiliario, y las que proveían a las anteriores, las Entidades Financieras tienen que registrar como pérdidas los préstamos que resultan impagados.

Una parte importante del Sector Financiero tiene que ser irremediablemente rescatado, al no poder hacer frente por sí mismos al enorme quebranto.

Las Entidades Financieras, tanto las rescatadas como el resto, están percibiendo el deterioro de la situación general en sus propias cuentas, es decir: el incremento de los impagos y de la morosidad “las deja tocadas”.

Las autoridades españolas y europeas, además de acudir al rescate  de algunas, exigen a todas las Entidades que sean más prudentes en la concesión de créditos, incrementando considerablemente las obligaciones de provisionar posibles pérdidas en función de las características de las empresas y de sus operaciones.

En consecuencia, para las Entidades Financieras “se acabó el grifo del crédito”, y ahora “mandan” los que dicen a todo que no.

Los clientes y los proveedores se han visto arrastrados por la situación y adaptan sus actuaciones y actitudes

Como consecuencia de los puntos anteriores, “nuestros” clientes tienen más dificultades financieras para hacer frente a sus compromisos (o sea: crecen “nuestros” impagados y morosos) y “nuestros” proveedores son mucho más cautelosos a la hora de atender nuestros pedidos (es decir “endurecen” las condiciones financieras para atender nuestros pedidos).

Este es el panorama al que se ha venido enfrentando la pyme a lo largo de la presente crisis.

Y… ¿Qué hacer?

(Continuará)

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Es momento de mirar adelante

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Es el lema que hemos elegido para identificar nuestro proyecto de empresa, y el título del primer artículo con el que inauguramos nuestro blog.

Contiene multitud de mensajes con los que nos sentimos cómodos:

“Es momento…”

En primer lugar, somos conscientes del momento tan delicado que vive la pyme española…desde hace más de 5 años.

La crisis no es solo un titular de prensa, es una realidad palpable y muy dura, que está siendo la más larga y profunda de los últimos 50 años, y que se está llevando por delante a multitud de proyectos empresariales y las ilusiones de las personas que los impulsaron.

“…de mirar adelante”

Estamos convencidos de que de ésta sólo se sale  mirando hacia adelante, es decir: teniendo muy claro donde quiero estar cuando se acabe la crisis y tomando las medidas necesarias para ello desde hoy mismo.

Todas las crisis anteriores han supuesto  un proceso de renovación del tejido empresarial, desapareciendo unas empresas (…las que no reaccionaron a tiempo…?) y fortaleciendo a otras empresas que supieron adaptarse a la nueva situación introduciendo los cambios necesarios para aguantar el temporal y estar en el sitio adecuado en el momento de la recuperación.

Y no hablamos de oídas, hemos vivido y participado activamente en las pasadas crisis  del sistema financiero español de los últimos 30 años, y podemos dar fe de las diferentes formas de enfocar la crisis en unas entidades y otras,  y de los resultados finales de los sucesivos  procesos de saneamiento, donde, por cierto, apenas participaron las cajas de ahorros.

Podíamos haber lanzado esta iniciativa al inicio de la crisis, pero estábamos poniendo nuestro granito de arena en otros organismos hasta hace poco, y al final éste ha sido el momento oportuno también para nosotros.

Pero… hay otros mensajes incorporados en nuestro lema, tales como:

“Ahora también es el momento de prepararse para la próxima recuperación”

Existen suficientes datos objetivos como para pensar que lo peor ha pasado ya, y por tanto, la empresa  que se haya fortalecido, y que esté en el sitio adecuado, en el momento oportuno, será de las primeras en beneficiarse de la tan esperada recuperación de la demanda, que se augura lenta, progresiva y alejada de los momentos gloriosos del boom inmobiliario, pero que al fin y al cabo llegará.

Y si seguimos mirando adelante, hacia el  próximo futuro, una vez se ponga en marcha la lenta recuperación de la demanda, también podremos visualizar una situación muy diferente en dos ámbitos absolutamente críticos para la pyme:

–        la actitud de las entidades financieras (bancos)

–        la situación de “nuestros”  clientes en términos de calidad del riesgo

En los últimos 5 años las entidades financieras han venido endureciendo claramente las condiciones para la concesión de crédito, tanto desde el punto de vista  de las exigencias de garantías como desde el punto de vista del precio.

Pero, de cara al próximo futuro podríamos decir que de suavizar los precios ya se está encargando nuestro buen amigo Draghi , y de atender a las exigencias de calidad del riesgo se encargará la mejora de la situación general de “nuestra” empresa  y de  “nuestros” propios clientes, que serán más sanos y fuertes que los de antes de la crisis.

Desde luego será difícil que se repita la situación pre-crisis de los bancos/ cajas persiguiendo a las pymes para concederles financiación, pero tampoco nos encontraremos en la situación actual de absoluto recelo y paralización del crédito.

En definitiva, el final de la crisis algún día llegará y tenemos que estar bien preparados para ser los primeros en beneficiarnos.

Es un mensaje de optimismo, pero también de llamada a la prudencia y a continuar con la  labor bien hecha como mejor medicina para superar los duros momentos actuales.

Esperamos confirmar nuestras expectativas en próximos artículos, donde seguiremos abordando  temas que puedan ser de interés para la pyme, siempre con el ánimo de ofrecer una perspectiva optimista pero basada en información y experiencias reales y contrastadas.

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