Reestructurando para competir

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“No me salen los números”

 

Esta es la fatídica frase que teme cualquier empresario y que fue el inicio de la conversación informal de un empresario con el profesor de una prestigiosa Escuela de Negocio al que acudió en busca de asesoramiento.

 

“Cuanto más fabricas más pierdes”

 

Fue la contestación del profesor al empresario después de analizar su empresa.

Evidentemente consiguió el efecto que perseguía: el empresario se concienció en un microsegundo, de que algo estaba haciendo rematadamente mal y que si no se “ponía las pilas” su empresa tenía un futuro más que dudoso, o mejor dicho: iba a desaparecer.

Ante una situación similar, muchos empresarios se quedan en el camino incapaces de afrontar la situación pero otros muchos optan por la “pelea”, porque…

 

“Resistir es vencer”

 

Pero, ¿cómo afrontar esta situación? ¿Cómo abordar un proceso de cambio tan profundo en nuestra empresa?

A nuestro entender, el primer paso que debe dar el empresario es

 

Centrarse en lo que sabe hacer

 

A menudo, la empresa inicia su actividad desarrollando un modelo de negocio muy exitoso que se va desvirtuando simplemente porque se van incorporando a lo largo del tiempo nuevos productos, servicios, canales de distribución que no resultan ser tan exitosos como el inicial.

El empresario deberá “redescubrir” lo que sabe hacer bien y con lo que se siente fuerte y cómodo al hacerlo, y estar concienciado para “soltar lastre” de todo lo demás.

 

A continuación deberá

Establecer una hoja de ruta

Si quiero centrarme en lo que sé hacer y dejar de hacer el resto , esto no se resuelve de la noche a la mañana, pues se van a ver afectados algunos clientes, proveedores, empleados, activos materiales de la empresa… y , si queremos separar el polvo de la paja habrá que hacerlo con un cuidado exquisito.

Habrá que elaborar una Hoja de Ruta que contemple: Objetivos, hitos, Programas, calendario, responsables y seguimiento.

Con el Plan de Acción elaborado ya podemos pasar a su

 

Desarrollo e Implantación

 

Esta es la fase crítica de cualquier proceso de cambio: la puesta en marcha del plan previamente concebido.

Puede ser conveniente o necesaria la configuración de un equipo de profesionales interno o externo, dedicado “full time” a gestionar los elementos claves del Plan.

Si la reestructuración es de gran envergadura y/o  requiere de un plazo corto de ejecución, el equipo dedicado en exclusiva puede llegar a ser absolutamente necesario.

 

Durante el proceso de implantación deberemos tener especial cuidado en:

 

- La Gestión de los Recursos críticos (humanos y activos materiales)

- La Gestión de la Tesorería de la empresa

 

Por un lado, los Recursos considerados críticos se deben “proteger” con esmero durante el periodo convulso de Implantación del Plan de Acción, y por otro lado, no nos podemos olvidar de que tenemos que seguir pagando las nóminas, la Seguridad Social, Hacienda, los proveedores, los bancos…

Por ello, en la Hoja de Ruta habrá que tener previsto cómo va a evolucionar nuestra tesorería durante la reconversión, y contemplar la gestión de nuevas fuentes de financiación, si son necesarias.

Y por último, es absolutamente necesario mantener una adecuada

 

Política de Comunicación

 

…tanto interna como externa.

 

Si el equipo de personas que conforma la empresa no sabe hacia dónde vamos, será muy difícil que sepan distinguir entre el polvo y la paja, y podemos perder en el camino los mejores clientes, proveedores, colaboradores…y en definitiva  dejar la empresa peor que estaba.

 

Si no explicamos adecuadamente lo que pretendemos hacer a nuestros mejores clientes, proveedores, bancos…podemos crear una sensación de caos que les lleve a alejarse de nosotros preventivamente y eso ya sabemos a lo que conduce.

En definitiva, estamos hablando de un proceso de

Reestructuración de la Empresa

 

cuya envergadura y complejidad no se puede prever a priori, pero muy probablemente requerirá  la colaboración de algún experto ajeno a la empresa , curtido en cien batallas, que sea capaz de elaborar un correcto diagnóstico, y de ayudar al empresario en la gestión del ambicioso proceso de cambio de su empresa.

Hoy en día, cuando alguien tiene fiebre elevada, todo el mundo asume que lo más adecuado es acudir rápidamente a un médico y no automedicarse (salvo algún sencillo y eficaz anti térmico  que rebaje la fiebre unas décimas de forma inmediata pero no permanente).

El medico distinguirá si se trata de un simple resfriado o de una neumonía en fase aguda, y prescribirá los pasos a seguir para su completa curación.

Esto es lo que  hizo el empresario citado al inicio del artículo, y el profesor/ medico detectó que no se trataba de un simple resfriado, sino de algo mucho más serio.

No contaremos el resto de la historia, pero el lector puede escribirla si conoce una situación parecida.

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